Mi sueño era que la gente dejara de discutir sobre cómo Sex and the City envejeció mal y empezara a perder el tiempo con temas más actuales, como The Bold Type. Yo, por ejemplo, lo haré ahora mismo, con muchos spoilers de las dos últimas temporadas.
Una vez leí en algún lado que cuando una série tiene un presupuesto ajustado, todos van a grabar en Canadá, que es mucho más barato. Entonces, cuando vi que las actrices de The Bold Type comenzaron a postear fotos en Montreal tan pronto como se confirmó la temporada pasada, sospeché que al menos algo extraño se estaba por venir.
Empecé a ver la serie en 2019 e inmediatamente sentí que llenaba el vacío de Sex and The City que tenía en mi pecho. ¿Hubo mucho de inverosímil en la trama? ¿Era un poco cursi y trabajó con muchos clichés relacionados con temas actuales? No puedo decir que no. Pero igual me encantaba. Me encantó desde el primer capítulo e incluso me alegré de que la última temporada fuera mala, porque así pude sufrir menos con el final.
Uno de los temas tratados en la trama que me parecieron más interesantes, y también el menos cliché de todos, se desarrolló recién en la cuarta temporada. Sin embargo, fue lo que para mí salvó el final de la serie.
La cosa fue así: Sutton, una de los tres amigas que forman el elenco principal, desde un principio tuvo un romance con Richard, uno de los abogados de la editorial propietaria de la revista donde trabajaban. Tenía 15 años más y era el hombre perfecto. Con el paso del tiempo blanquearon su noviazgo, se casaron y se convirtieron en uno de los mayores relationship goals de la televisión americana. Entonces Sutton quedó embarazada. Sin problemas. No era el momento que ella esperaba, ya que solo tenía 26 años y quería enfocarse en su carrera de stylist, pero como estaba casada con ese hombre, que no solo era lindo sino también rico, se puso contenta y siguió con su vida. Richard, quien a su vez siempre había soñado con ser padre y ya tenía 44 años, estaba radiante de felicidad.
Pero una buena serie necesita drama. Esa pareja perfecta nos hacía llorar de envidia semanalmente. Y si lo que queríamos era drama, lo que nos entregaron fue drama: Sutton perdió al bebé y las cosas empezaron a cambiar.
Ella no sabía cómo reaccionar al principio, por lo que simplemente no reaccionó en absoluto. Estaba triste y preocupada por ser tan insensible a lo que había sucedido, luego se sintió aliviada de haber pedido el bebé, y luego se sintió culpable por haberse sentido aliviada.
Toda esta confusión de sentimientos la hizo darse cuenta de algo muy importante: de hecho, no quería tener un hijo en ese momento ni en ningún otro momento de su existencia.
Exactamente.
Solo quería seguir casada con el hombre de su vida y concentrarse en su carrera. ¿Cómo decirle esto a Richard? Aquí era donde residía el problema.
Después de unos días de reflexionar sobre el tema, finalmente decidió decírselo. Él se enojó y furioso le dijo que ella siempre supo sobre su sueño de ser padre y quiso embarcarse en esa historia con él. Entonces sucedió lo inimaginable a nosotros, los the bold typers, ellos se separaron. Y así terminó la cuarta temporada.
Como soy idiota, decidí ver de qué estaban hablando respecto a eso. Y cuál no fue mi sorpresa, me encontré con varios comentarios diciendo que Sutton era egoísta, que debería haber dicho antes que no quería hijos, que arruinó la vida del pobre blanco rico que soñaba con traer un ser humano más a este maravilloso mundo en el que vivimos. ¿Cómo podría no querer tener un hijo con ese hombre? No puede ser.
En primer lugar, la cosa no fue así. Ella sí quería tener hijos. O pensaba que quería. Solo sentía que tal vez a los 26 no era el momento todavía. Pero un evento doloroso la hizo cambiar de opinión, ¿y qué? ¿Va a tener que tener un hijo solo porque el marido lo quiere?
Pasé mucho tiempo problematizando la situación en mi propia cabeza. Nunca pensé que Sutton estuviera equivocada. Me pareció que Richard sí había sido medio pelotudo, pero al final parecía que la solución era divorciarse de todos modos. Nadie está obligado a nada.
Entonces el mes pasado empezó la quinta y última temporada, con solo cinco episodios, (lamentablemente grabados en Montreal cuando la serie realmente se desarrolla en Nueva York), y vemos que Sutton está sufriendo más que María la del Barrio. Para empeorar las cosas, Richard no quiere tener contacto con ella para resolver el tema del divorcio porque está herido por ella no querer tener un hijo con él sin querer tener un hijo.
Todos los cinco episodios son bastante malos en comparación a lo que era la serie antes y no me interesa entrar en el tema de las cosas nonsense que sucedieron (como una mujer de 27 años con poquísima experiencia haber sido elegida para ser editora de una de las principales revistas femeninas de Estados Unidos).
El caso es que Richard decide reunirse con Sutton, quien ya tiene firmados los papeles del divorcio. Dice que está adoptando un bebé y cogen. Y al día siguiente vuelven a coger. Y después de las cogidas finalmente se da cuenta que entre criar a un hijo solo, tener un hijo con una mujer a la que no ama o quedarse con la mujer de su vida sin ser padre, prefería la tercera opción. Estoy satisfecha? Estoy satisfecha. ¿Me enojé de nuevo al leer los comentarios sobre el final de la serie? Imaginate si no.
Cuando finalmente, una vez en la vida, un hombre decide renunciar a algo por el amor de su mujer, ¿de quién es la culpa? De ella, por supuesto, que es una egoísta de mierda. El chabón quería tener un hijo porque si y la egoísta era ella.
De todos modos, como dice Jorge, lo importante es el amor. El amor heterosexual.
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